Los que quieren recibir el Sacramento del Matrimonio deben estar suficientemente instruidos a fin de conocer sus obligaciones y poder enseñar a sus hijos cómo deben portarse para vivir cristianamente. Para el Matrimonio, en el que es tan difícil salvarse, o por mejor decir, donde hay tantos que se condenan, son contados los que se preparan con las disposiciones adecuadas para así recibir las Gracias propias del Sacramento.
Por medio de la oración y de las buenas obras es como se debe implorar a Dios la Gracia de conocer a aquel o a aquella que Él os tiene destinado. Se dice que para que un matrimonio sea acertado y dichoso, es preciso que, antes de ser concertado en la tierra, sea preparado en el Cielo.