Este relato extraordinario representa una contundente evidencia de que los ángeles son verdaderos guardianes, poderosos e intercesores, que nos aman más de lo que jamás podremos comprender. Lo que también se hace sentir, es lo mucho que necesitamos la protección de nuestros ángeles en un mundo donde, como dice el Señor a través de Vassula, "el mal nos acecha como un lobo...".