Las doctrinas actuales han llevado al hombre a creer que el diablo no existe, que no es sino un producto de la Iglesia Católica para someter a sus fieles. Sin embargo, la autora nos demuestra a través de muchas recopilaciones que el diablo no solo existe sino que está trabajando activa y enmascaradamente, con el único propósito de arrastrar a esta humanidad a sus dominios.