El mundo de hoy agobiado por el peso de su propia iniquidad y sus graves consecuencias o se rebela contra Dios o llega a afirmar que Dios se ha olvidado del mundo. Debemos entonces comprender y difundir las enseñanzas de la Iglesia sobre la infinita Misericordia de Dios, y buscar conocer las particulares manifestaciones de esta Misericordia en los tiempos actuales, dándonos cuenta al mismo tiempo de las tareas y los deberes que se derivan para nosotros.