Conozca al padre de la mentira, conozca su poder para conducir al hombre al pecado y las armas que tenemos los cristianos para librarnos del demonio y salvarnos.
Quien diga: "Yo no creo en el demonio" tiene que decir también: "Yo no creo en Jesucristo". Jesucristo enseñó que existen demonios y afirma que él mismo, Verbo de Dios, Hijo del Padre, "vio caer a Satanás del Cielo como un rayo" (Lc 10, 18). ¡Cuidado, que nos jugamos la Eternidad: o infinitamente feliz o una desgracia sempiterna!