El objetivo principal de esta novena es, al mismo tiempo que devolver a la Navidad su sentido de cristiana alegría, recordar a todos y sobre todo enseñar a los niños que la felicidad no está en regalos y juguetes sino en la fe, la esperanza y el amor, pensando en Jesús y en los que sufren, haciendo el propósito de compartir lo poco o mucho que cada uno tenga.