La Iglesia está compuesta de justos y pecadores, su historia es a la vez Luz y sombras, y sin embargo, no deja de ser la Santa Iglesia Católica. Santa por su Creador, Dios. Santa por su Fundador, Cristo. Santa por el Espíritu Santo, Vida de la Iglesia. Santa por María, su Madre. Santa por su Doctrina. Santa por sus Sacramentos. Santa por sus innumerables Santos que son los continuadores de los Hechos de los Apóstoles, que escriben la historia de la Iglesia.