Meditación de las Postrimerías del hombre. El ser humano se olvida del trabajo más esencial que tiene en esta vida. El tiempo que Dios le da en este paso por la tierra, lo gasta sin provecho alguno, pudiendo en él ganar para vivir eternamente, como nos advierte el Kempis. Pensemos en las penas que se reservan a las almas que en vida han acumulado culpas sin haber hecho por ellas la debida penitencia. ¡El Purgatorio! A este lugar van las almas que murieron en Gracia de Dios, pero que son culpables ante la Justicia Divina y allí permanecerán hasta que hayan cumplido su penitencia, ¡porque al Cielo nada corrupto puede entrar!