Al alma culpable, oprimida bajo el peso de sus faltas, Jesús decía: «Confía, hijo; tus pecados te son perdonados» (Mt 9, 2). «Confianza», decía también a la enferma abandonada que sólo de Él esperaba curación, «tu fe te ha sanado» (Mt 9, 22)… En la noche de la Cena, conociendo los frutos infinitos de su sacrificio, Él lanzaba, al partir hacia la muerte, el grito de triunfo: «¡Confiad! ¡Confiad! ¡Yo he vencido al mundo!» (Jn 26, 33).
Esta palabra divina, al salir de sus labios adorables, vibrante de ternura y de piedad, obraba en las almas una transformación maravillosa. Un rocío sobrenatural les fecundaba la aridez, rayos de esperanza les disipaban las tinieblas, una tranquila serenidad ahuyentaba de ellas la angustia.
Como antaño a su discípulos, ahora es a nosotros a quienes Nuestro Señor convida a la confianza. ¿Por qué rehusaríamos atender su Voz?
Doctor en Teología y licenciado en Literatura, el Padre Thomas de Saint–Laurent es el autor de una vasta obra espiritual y pedagógica. El Libro de la Confianza es considerado una obra prima en su género, ha sido traducido a muchos idiomas y difundido en todo el mundo.