Nosotros vemos tan solo el momento presente con su miseria y su dolor; y sólo tenemos un deseo: salir de la desgracia, librarnos del dolor lo más rápidamente posible. Y quizá sea este dolor, esta pena, de suma importancia para nuestra Salvación eterna o la de otros. Cuanto mayor es nuestro dolor tanto mayor debe ser nuestra confianza; pues tan abundante como sea el dolor de Cristo que se derrame sobre nosotros, tanto mayor será el consuelo que fluirá de Él sobre nosotros. Quien durante toda la vida se ha esforzado en aceptar cada momento como venido de la mano de Dios, está inmolado, sacrificado por completo, está transformado completamente en Cristo y, por medio de Cristo, está unido con Dios. Lo mismo que la Vida del Divino Maestro, también la suya es para nosotros una prueba evidente de que en el actual orden de la Salvación realmente no existe otro camino que el del dolor para conseguir la Salvación eterna, y que aun los caminos de los hombres más santos son también los más llenos de dolor.
P. Ricardo Gräf, alemán, nació en Schweinfurt (Baviera) en el año 1899. En 1922 ingresó en la Congregación de Misioneros del Espíritu Santo, y en 1926 recibió el sacerdocio. «Consuelo en el dolor» es un modelo de empeños ascéticos. Lo escribió su autor envuelto, puede subrayarse, en lágrimas, sangre, destrucción y expoliaciones que la pasada contienda llevó al corazón de Alemania.