La necesidad de hallar consuelo y sostén en tiempo de gravísimas tribulaciones, aunque tan poderosa y fuerte, no ha sido con todo la única y exclusiva razón de estos estudios sino también otro motivo no menos eficaz y legítimo. ¿Quién no ha experimentado alguna vez deseos ardientes de conocer, siquiera en parte, los sublimes arcanos del Apocalipsis, si en este sagrado Libro están profetizados los más altos destinos de la Iglesia en toda la serie de los siglos?