Esta obra es una de las más populares del Padre Juan Esteban Grosez. Dieciséis ediciones en vida misma del autor y una veintena después. Las traducciones a varios idiomas, así como una adaptación latina, para uso de los predicadores, de las meditaciones para los domingos, dan testimonio de su éxito y utilidad. Se ha seguido fielmente el orden del Martirologio romano.