Este Viacrucis nos lleva por un camino hacia la sanidad interior. Con la ayuda de las oraciones de cada estación no solamente tomaremos conciencia de las experiencias de rechazo, sufrimiento y pecado que nos han dejado emocionalmente afectados sino que encontraremos también, a través de las Palabras de Jesucristo, la restauración y el ungüento de su Espíritu que sana nuestras heridas.