El Santo Padre volvió esta mañana al Vaticano luego del retiro en el que él y los miembros de la Curia del Vaticano meditaran en la figura del profeta Elías. Las reflexiones estuvieron a cargo del sacerdote carmelita, P. Bruno Secondin.
Según señala Radio Vaticano, “la herida no se cura y todo hace que se mantenga abierta. Incluso en un oasis de la mente y el alma, como los días de los ejercicios espirituales, el drama de los cristianos torturados y asesinados en la franja siro-iraquí, son un peso en el corazón de Francisco”.
El pedido de oración por los cristianos perseguidos se da cuando los terroristas musulmanes del Estado Islámico han destruido gran cantidad de obras de arte en un museo de Mosul en Irak, y luego del secuestro de 250 cristianos en Siria, de los cuales ya han asesinado a dos.
Recientemente el Papa recibió a Su Beatitud Ignace Youssif III Younan, Patriarca de Antioquía de los sirios. A él y a los cristianos de Irak y Siria el Pontífice los alentó vivamente ya que “viven momentos grandes de sufrimiento y de miedo por la violencia”.
El Pontífice resaltó que Medio Oriente necesita “pastores celosos, así como fieles valientes, capaces de testimoniar el Evangelio ante, a veces en situaciones no fáciles, personas de etnias y religiosas diversas”.
El Santo Padre pidió luego “coordinar sus esfuerzos para responder a las necesidades humanitarias de los que se quedan en el país y de los que se refugian en otros países”.
Tomado de: ACIPRENSA