La enseñanza de la Antología espiritual de San Antonio contenida en cada uno de los apartados, es clara, íntegra y decisiva. Se ofrece al lector un fragante ramo de flores espirituales escogidas en los jardines de los sermones antonianos. "El ejemplo de San Francisco movió a San Antonio para ser, no solo imitador de San Francisco en la senda de la pobreza (evangélica), sino imitador egregio de Cristo", como hizo notar bien San Buenaventura.