Lo que deberíamos saber sobre nuestros destinos eternos
En el mundo cada día y año mueren millones de personas y dejan su existencia terrena por diversas circunstancias: muerte natural o prematura, enfermedad, accidental, violenta, suicidio, etc. Pero muchos se preguntan: ¿A dónde van cuando salen de este mundo? ¿En qué situación se encuentran? ¿Se pueden manifestar a los vivos? Algunos sino muchos, buscan respuestas a estas pregunta usando medios no cristianos como el espiritismo, los brujos, las cartas astrales y otros medios satánicos que solo los conducen a la frustración y a exponerse a graves peligros. Pero nosotros los cristianos católicos, quienes por la fe y por las enseñanzas de nuestra Santa Madre Iglesia, sí reconocemos que hay un más allá después de la muerte terrena: Juicio, Purgatorio, Cielo o Infierno.
Por eso, este libro tiene como propósito lo siguiente:
1. Reactivar la devoción a las almas del Purgatorio
2. Recopilar algunas de las tantas manifestaciones y hechos extraordinarios de las Benditas Almas del Purgatorio que Dios ha permitido dar a conocer en la Iglesia Católica sobre la necesidad de oración y reparación que necesitan nuestros hermanos difuntos.
3. Despertar en nosotros los de la Iglesia Militante, la urgente necesidad de una conversión sincera y decidida, de apartarnos de las cosas del mundo, de romper con nuestra vida de pecado.
4. Cumplir como buenos cristianos con la misión que el Señor nos participó en nuestro Bautismo, de ser profetas anunciando y denunciando con nuestro testimonio de vida y con una fe viva, el Evangelio que Jesús nos dejó para ayudar a salvar almas.
Número de páginas: 216
Dimensiones: 12,5 x 19 cm.
Peso: 10,08 oz. (285,8 gr.)
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."