Muchas veces ofendemos y hacemos daño por no cuidar las palabras. Debemos evitar palabras ofensivas y, sobre todo, las maldiciones y lo que suponga odio, rencor o deseo de venganza.
Nunca debemos hacer o decir algo de lo que después tengamos que arrepentirnos. Es fácil excusarse y pedir disculpas después de haber ofendido de palabra, sin darnos cuenta de que lo que hemos dicho ha causado una herida que permanecerá abierta por mucho tiempo, si es que no afecta toda la vida.
Las palabras pueden levantar al decaído y pueden hundir a las personas. En cambio, ¡qué bello es saber perdonar, repartir bendiciones, sonrisas y alegrías por doquier!
Dios nos dice en la carta de Santiago: “El que no peca en palabras es un hombre perfecto de verdad, pues es capaz de dominar su persona...”.
Que tu palabra sea una Palabra de Dios para los demás, un regalo de Dios para todos, que haga el bien a todos, aunque suponga corrección y castigo para que puedan mejorar, pero hecho con amor y por amor.
Número de páginas: 210
Dimensiones: 10,5 x 17 cm.
Peso: 5,08 oz. (144 gr.)
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."