A muchos de nosotros nos pasa que deambulamos por la vida mendigando un poco de prosperidad, un poco de paz, un poco de alegría, sin darnos cuenta que al alcance de nuestras manos se encuentra todo lo que verdaderamente necesitamos para convertirnos en personas realizadas, prósperas y felices.
Estos mensajes están dedicados a aquellos que se sienten cansados de vivir esta vida sin sentido, enfermos, desalentados, sin fe, sin esperanza.
Remigio Calderón durante los años que lleva predicando la Palabra de Dios ha constatado hasta la saciedad que las promesas del Señor se cumplen al pie de la letra en la vida de los que le honran y obedecen.