En el mundo actual existe una actitud anticatólica manifiesta, de modo que quien desee expresarse abiertamente como católico, recibirá constantemente críticas y oposiciones, que pueden llegar a verdaderas persecuciones. Muchos políticos, incluso de países mayoritariamente cristianos, pareciera que tienen un deseo común: eliminar la fe católica del mundo... pretenden imponer sus ideas por la fuerza del poder político o a través de los grandes medios de educación y comunicación social. Por todo ello, es preciso que los católicos convencidos se pongan de pie, propaguen su fe, especialmente con su vida, y den testimonio ante el mundo actual de que vale la pena ser católicos.
Ser católicos de verdad en un mundo anticatólico es difícil, porque supone luchar contra una mayoría que, por maldad o por ignorancia, atacan nuestra Iglesia y nuestra fe. Hace falta mucho coraje para vivir como católicos, pero vale la pena. El mundo moderno necesita testigos vivos del Evangelio, católicos militantes, que no se escondan sino que den la cara y salgan al frente para defender su fe. Católicos que no se avergüencen de su historia y que sepan responder ante las acusaciones que les plantean los enemigos de la Iglesia. Si eres católico, contamos contigo. Vive tu fe y así, por experiencia personal, podrás decir a todos los que te rodean que ser católico es la mayor Gracia que Dios te ha regalado, que no estás dispuesto a renunciar a ella y que quieres compartirla con todos los que lo deseen y busquen un sentido a su vida.
Número de páginas: 182
Dimensiones: 10,5 x 17 cm.
Peso: 4,42 oz. (125,6 gr.)
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."