Yo habría podido realizar prácticas “limpias” de aborto provocado con asepsia, antisepsia, antibióticos, fármacos y técnica quirúrgica conocida, pues había atendido mujeres en quienes había que aplicar estos procedimientos en casos de aborto incompleto. De ese modo habría hecho fortuna y habría dado mi voz y voto para la despenalización del aborto. Esto es fácil y rentable.
Si yo hubiera cedido a la falsa compasión y no hubiera hecho algún pequeño esfuerzo para remediar de alguna manera lo males de la gente, no habría dudado en ganarme la vida –bastante bien– ejerciendo la Medicina con los métodos artificiales de Planificación Familiar. Justamente en esos años comenzaban los viajes y los entrenamientos en el extranjero para profesionales interesados. Me pregunto, ¿por qué yo no aproveché tal “oportunidad”...?
De esta manera habría caído trágicamente en la red de la Ideología de Género que tiene por ahora, como centro semi–oculto, el aborto provocado con respaldo de la Ley. Hoy pone, en la mira de su acción política, la legalización del GLBT que autorizaría al Registro Civil del Ecuador para reconocer el matrimonio de parejas de gays y lesbianas, así como aceptar procedimientos y comportamientos de transexuales y de bisexuales. Todo esto con el objetivo de destruir la familia querida y diseñada por Dios.
La enseñanza Evangélica nos manda a no juzgar a nadie. Por esto, al escribir mi testimonio profesional, aclaro que no estoy juzgando a las personas, sino a las ideologías identificadas como armas en contra de la vida y la familia.
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con
el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la
medida que midáis se os medirá” (...)
Mt. 7, 1-5
Dra. Olga Reyes M.D.
Número de páginas: 280
Dimensiones: 21 x 29,7 cm.
Peso: 8,94 oz (707,1 gr.)
ISBN: 978-9942-30-590-9
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."