En esta obra se trata sobre la observancia del precepto Divino y de la Fe Católica.
Si tienes deseo de ir al Cielo, guarda los Mandamientos de Dios, establece en tu corazón esta Ley: Yo he de padecer mil muertes antes que traspasar el menor de sus Preceptos. En mi alma los tendré y en mi corazón los escribiré y primero perderé la vida, a que los borren de él.
Quieres saber ¿cuánto amas a Dios? Pues mide con fidelidad cuánto guardas sus Mandamientos, examina con cuidado cuánto celas su observancia, el cuidado que pones en no quebrantar el menor de sus Preceptos y guardarlos todos puntualísimamente, y por ahí sacarás el amor que le tienes, no por revelaciones, ni por éxtasis, no por acciones muy heroicas y campanudas, aunque sean buenas, como son: enseñar, predicar, hacer largas peregrinaciones, espantosas mortificaciones, admirables penitencias y otras de este tono, que den gran sonido en el mundo: porque si con esto no se junta la guarda de su santa Ley, sino que fácilmente quebrantas sus Mandamientos, poco o nada le amas.
Félix de Alamín fue un religioso de la orden de los capuchinos que nació en Los Molinos, España en torno a 1637 y falleció en 1727. Fue un famoso predicador y notable escritor místico de teología católica; fue un autor de cabecera hasta bien entrado el siglo XIX. Conocemos su gran influencia en los estudios religiosos y sociales de la época gracias a las menciones que otros autores hacen de él.
Número de páginas: 138.
Dimensiones: 14 x 21 cm.
Peso: 5 oz. (141,8 gr.)
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."