El 25 de octubre de 1792, en plena tormenta de la Revolución Francesa, nació Juana Jugan, la sexta hija de una familia de pescadores, en el Noreste de Francia. Ella se convirtió en la muy humilde sierva del Señor. Fundó la Congregación de las Hermanitas de los pobres. "El grano de mostaza, que llegó a ser un gran árbol, extiende sin cesar sus ramas". La jardinera que lo puso en tierra, que aceptó ser ella misma en el silencio, una semilla fecunda, ha merecido el elogio de la Iglesia. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 3 de octubre de 1982.