El 25 de marzo de 1347 nació Catalina, dentro de una numerosa familia, ya que sus padres tuvieron 2 docenas de hijos. Desde muy niña, Catalina se muestra muy piadosa. Favorecida del Cielo con revelaciones, visiones y estigmas, nunca mujer alguna estuvo, sin embargo, tan comprometida como ella en los asuntos de este mundo: mediadora de paz entre factores rivales y grupos políticos opuestos, reformadora de la Iglesia de su tiempo, luchadora incansable para poner término a la gran división de la Iglesia, conocida como el cisma de Occidente.