El martirio de este Religioso agustino, Anselmo Polanco, beatificado por el Papa Juan Pablo II en el año 1995, se enmarca en el tiempo de la Guerra Civil Española, que ensangrentó el país y la Iglesia por los horrores de las persecuciones de 1936 a 1939. El Padre Polanco vivió como un santo y murió como un mártir.