Este libro narra la vida de Oscar Aguilar; un joven que emanaba pureza y santidad, rasgos increíbles pero ciertos para un joven de nuestra época, pero que él los vivió con seriedad y profunda alegría. Murió a los 21 años y a pesar de su corta edad dejó escritos algunos documentos sobre temas religiosos. A través de su ejemplo el lector se dará cuenta que es posible vivir la santidad en el mundo de hoy.