Todos tenemos momentos de desesperación. El Cielo nos parece encapotado, sin respuesta. Las dificultades nos parecen abrumadoras. Santa Rita nos enseña a esperar contra toda esperanza en ese Dios que lo puede todo y a preferir siempre y en todo su Voluntad a la nuestra. Con su santidad, Rita nos propone un modelo de vida, accesible a todos y al alcance de toda situación concreta. El abanico de sus experiencias vitales es amplio y fecundo, los cuatro estados de su vida: Rita joven, Rita esposa y madre, Rita viuda, Rita Monja, son cuatro vivencias de amor, cuatro formas de plenitud humana y divina.