Entre los cuarenta y cinco tratados que se atribuyen al venerable Tomás de Kempis, ninguno ocupa tan eminente lugar como este de la Imitación de Cristo. Libro en verdad de oro, al que desde su aparición no han cesado de enaltecer los santos y los sabios, y todos los que lo conocieron, teniéndolo, por el contenido moral de su doctrina, después del Santo Evangelio por el más digno de aprecio y veneración.