La Comunión de los Santos es la unión común que hay entre Jesucristo, Cabeza de la Iglesia, y sus miembros, y de éstos entre sí.
Los miembros de la Iglesia son los Santos del Cielo, las almas del Purgatorio y los fieles de la tierra.
Los creyentes que forman un solo cuerpo, tienen una misteriosa unión entre todos; por eso, lo que sucede a uno, no es indiferente para los demás.
Al pretender vivir una vida cristiana auténtica, es decir una vida en santidad, encontramos modelos de vida (Cristo a la cabeza, la Virgen y todos los Santos), lo cual nos llevaría a comprender que creer y vivir la Comunión de los Santos es creer y vivir como ellos vivieron, o como ellos vivirían hoy en este mundo. Esta sería una vida que nunca estaría separada de Dios, sino que se caracterizaría por estar con Él.
El análisis va a enfocarse, para comprender mejor la Comunión de los Santos, con la doctrina y los planteamientos que ofrecen Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac, Edith Stein, Maurice Blondel, Adrienne von Speyr, Pavel Florensky, Luigi Giussani, Thomas Keating, Joseph Ratzinger, y otros filósofos y teólogos del siglo XX, incluyendo los Padres de la Iglesia.
Esto nos llevaría a asumir de mejor manera cómo podemos y debemos participar de la Comunión de los Santos en la Iglesia. Así veremos lo que es el hombre, su relación con Dios, con la Iglesia y con el mundo. Al participar en esta Comunión, estamos llamados a superar el hundimiento espiritual y así encontrar el camino de la Santidad, al que estamos convocados todos los creyentes.
Número de páginas: 230
Dimensiones: 14 x 21 cm.
Peso: 9,20 oz. (260,8 gr.)
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."