Confidencias dictadas por Jesús y María a un alma de España para estos últimos tiempos. En ellas se nos habla de las tribulaciones por las que pasará la humanidad, así como los medios que el Cielo ha dispuesto para protegernos.
Jesús:
En estos días y fechas, todos, todos, todos, estáis siendo CRIBADOS, está siendo probada vuestra FE Católica.
¡DESPERTAD! Y poneos en fila con los que desean ser míos, y soportad las críticas, la marginación y la persecución por mi Santo Nombre y Buena Noticia; aunque a nadie o pocos lo sepan, vuestros nombres estarán inscritos en el Cielo unos, y en mi Reino de la Paz, otros..., porque son cosas distintas.
Ahora es tiempo de ORACIÓN, de CONVERSIÓN, de PENITENCIA y SUFRIMIENTOS unidos a Mí, Jesús; meditad en mi Pasión y muerte y en toda mi vida pública y mis palabras.
PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO:
El plan de Dios triunfará sobre el Plan de Satanás, pero ahora estáis en la “CRIBA”, donde los que quieren ser de Dios están sufriendo y siendo purificados. Y los que son del demonio están triunfando aparentemente, pero por poco tiempo; porque ya que no se van a salvar por su libre voluntad, Dios Padre les permite su pequeño cielo materialista aquí en esta vida terrena, ya que se sabe que no les podrá dar el Cielo de los Bienaventurados en una Vida Eterna. Y es justo que así sea, que los que sufren y lloran hereden la Vida Eterna. Y es justo que así sea, que los que sufren y lloran hereden la Vida Eterna, y los que hoy hacen el mal, ríen y se divierten sin cumplir los Mandamientos de amor a Dios y al prójimo, vayan con Satanás al Infierno eterno; y Dios está justificado en todas sus obras.
Número de páginas: 156
Dimensiones: 12,5 x 19 cm.
Peso: 5,09 oz. (144,5 gr.)
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."