San Agustín nació en África del Norte en el año 354, hijo de Patricio y Santa Mónica. Él es un ejemplo para nosotros, un pecador que se hizo santo. Es uno de los treinta y tres doctores de la Iglesia.
Este Santo fue un incansable buscador de la Verdad. Sentía en su corazón un hambre inmensa de ella y de la felicidad. Buscaba la Verdad en los filósofos de su tiempo y en los placeres de la vida, especialmente en el amor carnal, pero no se sentía satisfecho. En su corazón había un vacío profundo que no le dejaba descansar en paz. Buscaba la plenitud, buscaba a Dios sin saberlo y, sólo cuando lo encontró, pudo por fin respirar y decir en las Confesiones: “Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está insatisfecho hasta que descanse en Ti”.
Toda la vida de Agustín fue una continua búsqueda. Ni siquiera cuando encontró a Dios en la fe católica, se quedó estancado, siempre quería profundizar en su fe y compartirla con los demás.
San Agustín fue un escritor prolífico, escribió más de cien títulos. Entre ellos se encuentra su famosa autobiografía titulada Confesiones, el gran tratado Sobre la Trinidad, y la obra Ciudad de Dios, una de las mejores obras de apologética con respecto a las verdades de la fe Católica.
Número de páginas: 480
Dimensiones: 10,5 x 17 cm.
Peso: (11,27 oz.) 319,6 gr.
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."