La vida de San Francisco de Paula, italiano nacido en Paula (Calabria–Italia) en el año 1416, es una vida llena de milagros. Fue un gran taumaturgo, es decir, Dios hacía muchos milagros por su intercesión.
Este libro está basado en el escrito de un contemporáneo suyo del año 1502, mientras el Santo todavía vivía y de otros testimonios de testigos de vista que declararon en los Procesos de Cosenza, de Tours y de Calabria.
Una de las cosas más hermosas de su vida fue el paso por el mar que hizo atravesando el estrecho de Mesina sobre su propio manto en unión con dos compañeros. Es el hecho más espectacular y, a la vez, el más conocido de su vida. La devoción de los trece viernes que él fomentó, ha sido siempre muy eficaz, sobre todo para que las mujeres estériles pudieran concebir y las mujeres embarazadas pudieran dar a luz sin dificultad. Dios concedió Gracias copiosas a muchos que imploraron su intercesión, haciendo milagros, dio la salud a muchos cojos, sordos, mudos, ciegos, afectados de lepra de otras enfermedades peligrosas, además resucitó muertos o creídos por tales. En algunos casos multiplicó el pan y el vino. Tuvo además otros dones como el de profecía, éxtasis, olor sobrenatural, resplandores e inedia.