Confidencias dictadas por Jesús y María a un alma de España para estos últimos tiempos. En ellas se nos habla de las tribulaciones por las que pasará la humanidad, así como los medios que el cielo ha dispuesto para protegernos.
Jesús:
Os digo más a todos. Todos los escritos y libros falsos que tengáis en vuestro poder, casa, librerías o entidades, son demonios que acumuláis para vuestro mal, mala suerte y desventuras, porque el Espíritu de Dios es Santo y no tiene parte con el espíritu malo. Mis Ángeles velan por los fieles y buenos, pero los que siguen y tienen malas compañías con los Ángeles rebeldes, solo pueden esperar males y tribulaciones.
Así pues, limpiad vuestras casas y aposentos de todo mal, falsedad, escritos, libros, cuadros, fotografías, carteles, imágenes, pinturas, estatuillas, revistas, indecencias, espiritismos, bagatelas, y todo lo que es material y del espíritu malo y del mundo pecaminoso y lo representa, si queréis defenderos del mal y sus tribulaciones. Porque la Palabra de Dios dice: “No habrá paz en la casa del blasfemo”, y Yo, Jesucristo, os digo aquí también: “No habrá Paz donde el Maligno tenga sus pertenencias”.
La descristianización os ha invadido, os estáis dejando invadir por todas las modas materialistas y ateas, por eso tenéis lo que os merecéis. No sirve orar a Dios si no se tiene un corazón contrito y humillado, son oraciones paganas, por eso vanidosamente decorados, por eso los demonios no se van de vuestro lado, de vuestros dormitorios, cocinas y salones lujosamente amueblados, modernamente, vanidosamente decorados, pero sin nada que os recuerde la Presencia de Dios.
Número de páginas: 160
Dimensiones: 12,5 x 19 cm.
Peso: 5,32 oz (150,8 gr.)
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."