No rechacemos el sufrimiento, sino aceptemos vivir con él y amarlo con fuerza y humildad, acordándonos de que estamos aquí abajo solamente para elevarnos a lo más alto por este mismo sufrimiento. Nuestros sufrimientos, aceptados sin quejas, se vuelven preciosos medios para obtener la fidelidad al servicio de Dios; cada uno de nuestros sufrimientos ofrecidos es como un atajo para llegar más rápidamente a la intimidad con Él. Es el medio de hacerle sonreír, en contraposición a los que le hacen llorar por su negación de reconocerle como verdadero Rey, porque no quieren amarle y menos aún servirle. El Señor parece decirnos: “Acepten estas cruces y estas espinas por Mí y por las almas que me son infieles. Por ustedes, que están dispuestos a hacer amorosamente toda mi Voluntad, voy a suspender los castigos y cambiaré la Justicia en Misericordia”.
Esta obra tiene su origen en un ambiente de sufrimiento. Fue escrita por una religiosa que padeció duros sufrimientos a causa de una grave enfermedad. Provista de los permisos requeridos ella escribió, en gran parte en su cama, a menudo con fiebre, pero sostenida por la idea de así poder procurar tal vez algunos consuelos y luces a otras almas afligidas. Sus escritos han sido leídos con gran beneficio, primero por sus compañeros enfermos; luego fueron mecanografiados, revisados y puestos en forma. Se espera que esta obra siga haciendo mucho bien a muchas otras almas que sufren.
Número de páginas: 172
Dimensiones: 9 x 13,5 cm.
Peso: 2,86 oz. (81,3 gr.)
"Trabajamos para la gloria de Dios y la salvación de las almas"
Nuestra Fundación distribuye literatura cristiana de varias Editoriales Católicas de Hispanoamérica, pero de una manera particular, difunde su propio fondo editorial, en el que constan las grandes obras de Espiritualidad Cristiana.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."